Esta energía nos permite acceder a nuestra guía interior, permitiéndonos reconectarnos y confiar en nuestras propias intuiciones, sintiéndonos cómodos al saber que estamos viviendo nuestro verdadero propósito. El nombre sánscrito de este sexto chakra es "Ajna", que significa "percibir" y se representa con un color azulado. Se encuentra entre las cejas y es el centro de la intuición y la precognición. Este chakra es el centro donde trascendemos la dualidad y comenzamos a ver el mundo como parte de nosotros, en lugar de vernos separados.

Una persona con el tercer ojo bloqueado o desequilibrado puede manifestarse como incapacidad para ver el panorama general, falta de claridad y desconexión con su naturaleza intuitiva. Un tercer ojo despierto, por otro lado, nos permite percibir las cualidades más sutiles de la realidad y nuestra percepción interna. Nos conecta con lo inefable y con nuestra sabiduría. Puede brindarnos una visión de las realidades místicas desde un espacio de comprensión más profunda: el mundo que se esconde tras nuestros ojos, por así decirlo. Un tercer ojo abierto también nos brinda previsión, motiva la creatividad y nos brinda acceso a la inspiración.

Mantener la consciencia de la energía del chakra del tercer ojo puede requerir concentración y la capacidad de abrirnos a diferentes perspectivas. Cuando enfocamos nuestra mente y consciencia, podemos ver más allá de las distracciones e ilusiones de la vida cotidiana para construir nuestra sabiduría y alcanzar un significado más profundo, guiados por nuestro bien mayor. Recuerda siempre que todo en tu vida tiene una razón de ser y te enseña y guía hacia tu verdad.

A continuación se presentan algunas afirmaciones para equilibrar el chakra del tercer ojo:

-Estoy en contacto con mi guía interior.

-Yo nutro mi espíritu.

- Estoy en sintonía con la sabiduría universal divina y siempre entiendo el verdadero significado de las situaciones de la vida.

-Confío en mi intuición.